miércoles, 8 de julio de 2015

IR AL TEATRO

Una experiencia inolvidable para cualquier niño es ir al teatro. Encontrarse con un mundo de fantasía como el de la tele pero real. Un mundo que los invita a ser príncipes y princesas, científicos, aventureros, marineros, magos y más, donde los colores, las sorpresas y las ilusiones brillan en cada momento y donde nadie ni chicos ni grandes tememos ni por un instante expresar lo que nos sale. Risas, emociones, canciones...
Ir al teatro es una tarea que los grandes de la familia les acercamos a los más pequeños y las vacaciones de invierno es una excusa ideal. Todo el preparativo ya es una ceremonia. Y todo comienza cuando mamá, papá, los abuelos o algún tío o tía nos dice: Hoy vamos a ir al teatro!
Entonces cada niño sabe que deberá vestirse, porque hay salida, la aventura comienza en casa ponerse coquetos y perfumados, algunos hasta estrenarán algún abrigo, y luego saldrán de la mano de quien haya tenido la gran idea. Será el turno del viaje, algunos llegarán al teatro en auto, otros en subte o colectivo, y durante el viaje los niños preguntarán ¿a dónde vamos? ¿y cómo es? ¿y yo que hago?
Usualmente en la puerta del teatro ya hay una fiesta de bienvenida, los niños son esperados por actores que ya maquillados y vestidos para la ocasión captan la atención y son blanco de flashes y selfies.
Se hace la fila, tarea difícil, en medio de mil palabras como, "ya vamos a entrar", "el hombre de la entrada se va a enojar", "quedate quietito y comé un caramelo" y todo tipo de extorsión acorde a la situación.
Pero la fila avanza y todos ingresamos, cada uno a su lugar, en bonitos asientos que van desde las gradas y los almohadones hasta las butacas de los palcos, la oscuridad llega y mágicamente se levanta el telón, para que sonrisas, asombros, alertas y emociones fluyan.
Al salir todo tipo de comentario es posible, porque eso pasó, fue verdadero y habremos confirmado una vez más que es hermoso, también con los más pequeños de la familia, IR AL TEATRO!

Verónica Lema